Envejecimiento: esperanza de vida y esperanza de vida saludable

En MotoGene, estamos impulsados por una visión audaz: redefinir la manera en que la sociedad afronta el envejecimiento. Somos profundamente conscientes de la enorme carga que las enfermedades crónicas, como la insuficiencia cardíaca y el cáncer, imponen especialmente en las personas mayores.

Utilizamos un enfoque científico basado en evidencia, aprovechando la investigación clínica y la innovación en nutrición.

Al abordar las causas fundamentales de los síntomas del envejecimiento, las personas pueden recuperar su salud y vitalidad, mejorar su calidad de vida, y sentar así las bases para un envejecimiento saludable.

1. Inestabilidad genética

La inestabilidad genética, considerada como uno de los factores que más influyen en la esperanza de vida saludable, es una de las principales características del envejecimiento y un factor impulsor del mismo. El término se refiere a diversos tipos de daños en el ADN, como las mutaciones, que pueden producirse tanto en el núcleo celular como en las mitocondrias. Estos daños pueden surgir durante los procesos metabólicos normales, debido a errores accidentales en la replicación del ADN o por exposición a factores de estrés ambiental como radiación, agentes genotóxicos, tabaquismo o infecciones.

Para mantener la esperanza de vida saludable, el organismo despliega potentes sistemas de reparación del ADN. Uno de los principales actores en este proceso es la enzima de reparación PARP1, que actúa como un sensor clave de daño en el ADN. PARP1 detecta alteraciones en el ADN nuclear y coordina la acción de múltiples proteínas reparadoras para garantizar su integridad.

Sin embargo, se ha observado que la actividad de PARP1 puede disminuir con la edad. La incapacidad para reparar eficazmente el daño en el ADN conlleva una acumulación de mutaciones, lo que a su vez puede provocar senescencia celular, inflamación y enfermedades asociadas al envejecimiento.

2. Disfunción mitocondrial

Cada célula de nuestro cuerpo contiene numerosas mitocondrias, responsables de generar la energía necesaria para llevar a cabo funciones celulares esenciales. Sin embargo, otro desafío importante para una vida saludable es que la función mitocondrial tiende a deteriorarse con la edad. Esto se debe a que el ADN mitocondrial sufre mutaciones como resultado de errores durante su replicación.

Lamentablemente, las mutaciones del ADN mitocondrial pueden amplificarse a través de un proceso conocido como “expansión clonal”. Factores como las especies reactivas de oxígeno (ROS), los radicales libres y el tabaquismo pueden agravar este fenómeno.

Las mutaciones en el ADN mitocondrial progresan de manera gradual. Con el tiempo, se acumulan y, finalmente, alcanzan niveles excesivos que provocan mitocondrias defectuosas, lo que conduce a una producción energética insuficiente, inflamación y un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como los trastornos neurodegenerativos.

3. Inflamación crónica

Es relativamente fácil comprender que la inflamación desempeña un papel importante en el mantenimiento de la esperanza de vida saludable. Por ejemplo, las células inmunitarias utilizan la inflamación aguda para combatir infecciones y reparar tejidos dañados. Sin embargo, con el envejecimiento, aparece una inflamación crónica persistente, también conocida como "inflammaging". Este estado inflamatorio de bajo grado y larga duración puede estar causado por diversos factores como una mala alimentación, infecciones, lesiones o disfunción mitocondrial.

La inflamación crónica es un problema intrínsecamente complejo porque implica disfunciones a nivel molecular y celular. A menudo comienza con daños en el ADN provocados por especies reactivas de oxígeno, pero también puede manifestarse como comportamientos anómalos de las células inmunitarias o la acumulación de células senescentes en regiones específicas del cuerpo. Dependiendo del órgano afectado, la inflamación crónica puede contribuir al desarrollo de múltiples enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y trastornos neurodegenerativos.

Los efectos de la inflamación crónica no solo reducen la capacidad del organismo para responder eficazmente a nuevos desafíos (como infecciones), sino que también afectan significativamente la capacidad para realizar actividades diarias, lo que reduce de forma considerable la calidad de vida.

NAD⁺: 

un vínculo clave para un envejecimiento saludable

En MotoGene, reconocemos que las tres características del envejecimiento no son procesos independientes, sino que están profundamente interrelacionadas. A través de investigaciones rigurosas sobre estos elementos clave del envejecimiento, nos enfocamos en identificar intervenciones nutricionales viables que puedan ayudar a retrasar o incluso revertir sus efectos.

Nuestra investigación especializada ha demostrado que el NAD⁺ (nicotinamida adenina dinucleótido), un metabolito celular clave para promover un envejecimiento saludable, representa un objetivo fundamental.

1. Integridad genética

El NAD⁺ desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la estabilidad genética y otras funciones celulares. Actúa especialmente como sustrato para enzimas como PARP1. Cuando se produce un daño en el ADN, PARP1 se activa rápidamente y utiliza NAD⁺ para sintetizar cadenas de poli(ADP-ribosa) sobre proteínas diana. Este proceso actúa como una señal para reclutar otras proteínas de reparación del ADN en el sitio del daño.

Si el daño en el ADN es reparable, la activación de PARP1 estimula los mecanismos de reparación y promueve la supervivencia celular. Sin embargo, en el caso de un daño severo en el ADN, una activación excesiva de PARP1 puede agotar los niveles intracelulares de NAD⁺, lo que puede conducir finalmente a la muerte celular. Por lo tanto, la disponibilidad de NAD⁺ en las células no solo influye en la reparación del ADN, sino que también regula otros procesos celulares como la muerte celular, la inflamación y el envejecimiento.

2. Eficiencia mitocondrial

El NAD⁺ es una molécula clave que regula la función mitocondrial y la salud metabólica. Participa en reacciones redox (reducción y oxidación), y se recicla continuamente entre su forma oxidada (NAD⁺) y reducida (NADH) para impulsar procesos metabólicos esenciales como la glucólisis, el ciclo de Krebs (TCA), la fosforilación oxidativa y la oxidación de lípidos. Como coenzima crítica, el agotamiento de NAD⁺ reduce significativamente la eficiencia metabólica y disminuye la producción de energía celular.

La relación NAD⁺/NADH es crucial para mantener un entorno redox saludable en las células. Una disminución en los niveles de NAD⁺ (o un exceso de NADH) puede inducir estrés oxidativo, disfunción mitocondrial e inflamación, contribuyendo finalmente a una reducción de la esperanza de vida saludable.

Además de su papel en las reacciones redox, el NAD⁺ regula las sirtuinas, una familia de enzimas metabólicas clave. Las sirtuinas utilizan NAD⁺ como sustrato para modificar químicamente proteínas en la mitocondria y el núcleo celular (eliminando grupos acetilo u otros acilos de residuos de lisina en proteínas diana). Esto modula múltiples aspectos celulares, incluyendo la expresión génica y la biogénesis mitocondrial. Por lo tanto, la disponibilidad intracelular de NAD⁺ influye profundamente en la función mitocondrial y está directamente relacionada con la salud celular.

3. Equilibrio inflamatorio

Aunque los mecanismos implicados son complejos e interrelacionados, el NAD⁺ influye significativamente en el estado inflamatorio del organismo y puede afectar la salud general.

Uno de estos mecanismos es su utilización por parte de las enzimas sirtuinas, que regulan diversas funciones celulares. Esto incluye la modulación de la expresión génica en el núcleo celular y la regulación de procesos metabólicos dentro de las mitocondrias. Estos efectos son amplios y abarcan desde la modulación de vías de señalización que controlan moléculas inflamatorias secretadas por células inmunitarias (un fenómeno conocido como "fenotipo secretor asociado al envejecimiento" o SASP) hasta la activación de defensas antioxidantes contra el estrés oxidativo generado por las mitocondrias.

Además, el NAD⁺ también está implicado en la inflamación a través de su degradación por la enzima CD38, que actúa en el espacio extracelular. La actividad de CD38 reduce los niveles de NAD⁺ y puede agravar el proceso de “inflammaging” (envejecimiento inflamatorio). Por ejemplo, cuando CD38 se expresa en células inmunes como los macrófagos tipo M1, el consumo de NAD⁺ puede alterar la función mitocondrial y desencadenar inflamación localizada en los tejidos.

Así, el NAD⁺ actúa sobre distintos tipos celulares y enzimáticos de forma contextualmente específica para ejercer efectos antiinflamatorios. De este modo, puede contribuir a la regulación de la inflamación crónica y al alargamiento de la esperanza de vida saludable.

Los niveles de NAD⁺ disminuyen drásticamente con la edad.

Al abordar las tres características clave del envejecimiento, se pone de manifiesto la importancia de mantener niveles adecuados de NAD⁺ para preservar la esperanza de vida saludable. Aun así, la relación entre los niveles de NAD⁺ y el envejecimiento en el cuerpo humano merece una exploración más profunda.

Se ha observado que los niveles de NAD⁺ tienden a disminuir con la edad, aunque el grado de esta disminución puede variar según factores individuales como la genética, el estilo de vida, los ritmos circadianos y el estado fisiológico. A continuación, se presentan algunos ejemplos que ilustran este concepto.

Sangre

Los estudios sobre sangre han demostrado que los niveles de NAD⁺ en el plasma disminuyen drásticamente con la edad, mientras que los niveles de NAD⁺ en sangre total tienden a reducirse de forma más notable en etapas posteriores de la vida. Curiosamente, los niveles de NAD⁺ en sangre total tienden a ser más bajos en mujeres que en hombres, lo cual sugiere la existencia de diferencias de sexo en el metabolismo del NAD⁺.

Piel

En muestras de piel humana, se ha observado de manera consistente que los niveles de NAD⁺ disminuyen significativamente con la edad. Según los informes, en personas mayores, los niveles de NAD⁺ pueden reducirse en más del 50 %.

Cerebro

Las investigaciones han demostrado que los niveles de NAD⁺ en el cerebro tienden a disminuir con la edad, aunque el grado de esta reducción varía entre individuos. Algunos estudios informan que los niveles de NAD⁺ disminuyen entre un 10 % y un 25 % desde la adultez temprana hasta la vejez. Sin embargo, también existen estudios que presentan resultados diferentes.

Aunque los cambios en los niveles de NAD⁺ en otros órganos aún están siendo investigados, numerosos estudios clínicos existentes han sugerido una tendencia general a la disminución de NAD⁺ con la edad. La reducción de los niveles de NAD⁺ conlleva una disminución en la proporción redox NAD⁺/NADH, lo que empuja al organismo hacia un estado más reducido, conocido como "pseudo-hipoxia". Este estado ha sido asociado con diversas enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Por lo tanto, las estrategias de suplementación con NAD⁺ representan un enfoque prometedor para contrarrestar varios de los principales marcadores del envejecimiento.